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lunes, 10 de diciembre de 2012

Conversaciones con el abuelo (la televisión)

El abuelo volvió a mi casa y lo invité a mirar televisión. A él siempre le gustó el fútbol. Estando frente a la pantalla, comenzó a buscar la manija para encenderlo, pero yo lo prendí desde el sofá con el control remoto. El abuelo se asustó y le expliqué que el control servía para prender, apagar y cambiar canales.
Se quedó mirando el control como si fuese una nave espacial. Cuando vio la imagen a colores dijo:
–¡Antes era blanco y negro!
Después de ver un rato, empezaron los anuncios publicitarios. El primero era un comercial de autos, pero de pronto sus ojos se agrandaron.
–Pero si es un comercial de autos, ¿Por qué hay una mujer semi-desnuda en el comercial? No entiendo-me dijo con pánico.
Yo respiré profundo, sin decir nada, mientras él seguía mirando la pantalla. Esta vez era un comercial de bebidas gaseosas (sodas) y volvió a cuestionar:
–¿Otra mujer casi desnuda?- Pero que tiene que ver una bebida con una mujer desnuda… ¡Esto es pornografía!
Me volví a quedar callado. La verdad es que ni yo entiendo porque algunos comerciales usan contenido erótico cuando están anunciando algo ajeno al sexo.
–Ahora muchos de los comerciales son así abuelo. Te vas a tener que acostumbrar.
Luego comencé a cambiar los canales y tuve que explicarle los diferentes programas que anunciaban. “El show de Laura”, “El gordo y la flaca”, “Combate” y luego todo se complicó, con un comercial de una novela:
Sin senos no hay paraíso”.
 
Mi abuelo casi se desmaya.
Después del “susto” llegamos a MTV (el canal de música) y había un cantante moreno, que tenía tatuajes en todo el cuerpo y con una mano fingía tocarse los genitales mientras una muchacha bailaba frente a él. Y la muchacha también tenía poca ropa.
Mi abuelo estaba al borde del infarto.
–Me imagino que ustedes no miran estas cosas ¿verdad?
 
–Abuelo, para serte honesto, ahora todos los canales de televisión están así. No solo los comerciales, aun los programas de televisión, las novelas, las series y hasta algunos programas deportivos. En las películas hablan malas palabras, hay series cómicas de homosexuales, niños y jóvenes que les faltan al respeto a sus padres;hombres se besan con hombres y mujeres con mujeres. Los personajes más importantes de la televisión son gays y lesbianas. Son famosos y admirados. El sexo, la bebida y las drogas son parte de todas las películas y eso ya no nos asombra. Como te dije, te vas a tener que acostumbrar.
–Ese es el problema. Que ustedes se acostumbraron a esto. Fueron tolerantes y lo peor de todo es que lo que ustedes toleran, sus hijos lo aceptarán más adelante.- Me dijo enfurecido.
Mi abuelo otra vez. Enseñándome una lección más. Cuando me reprendía, varias escrituras pasaron por mi mente:
No os conforméis a este siglo” (Romanos 12:1), “Aborreced lo malo, seguid lo bueno” (Romanos 12:9) “Absteneos de toda especie de mal” (1 Tesalonicenses 5:22), “Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios. (Santiago 4:4). “Sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir” (1 Pedro 1:15)
Mi abuelo no sabía, pero estaba siendo usado para confrontarme. Para llamarme la atención por la ligereza con la que nos rendimos a la influencia del mundo. Llamando normal lo que la Palabra de Dios califica de anormal.
¿Cómo es posible que lleguemos a ser tolerantes con las cosas que Dios no tolera?
El abuelo estaba de regreso

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