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lunes, 19 de noviembre de 2012

¿GANAR EL MUNDO ENTERO Y PERDER NUESTROS HIJOS?


“Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?” (Mt 16:26)



Todavía recuerdo aquella predicación que escuche cuando empezaba mi vida cristiana. "Noé fue un buen predicador de Dios, por que supo salvar a su familia entera del diluvio".
 Realmente es increíble, leer la historia bíblica sobre un hombre temeroso de Dios,  pero sin embargo durante todo ese tiempo nadie de su entorno pudo creer  lo que pregonaba. Lo paradójico es que pareciera que Noé fue el peor predicador; pero con el tiempo entendí que a veces queremos medir a Dios y su obra por el factor cuantitativo, es decir si hay cantidad entonces es de Dios.
Pero eso de salvar a su familia fue algo titánico que hizo Noé, pues habría que estar ciegos para ver la realidad de que muchos no podemos ganar ni a nuestra propia familia para el señor Jesucristo;  sin embargo estamos abocados a querer ganar al mundo entero.

Queremos proclamar avivamiento, pero nuestras familias agonizan espiritualmente y se pierden en los brazos de este mundo corrupto.

Agradecemos a Dios por la obra hecha en otras personas, pero no caemos de rodillas por lo nuestros, no clamamos por aquellos que son parte de nuestra sangre los que viven con nosotros a los que amamos en primer lugar.

No  se si en otras partes del mundo esto sea diferente, pero en esta sociedad, esta es una dolorosa verdad que nos marcaran por el resto de nuestra existencia. Muchos hijos de cristianos aman al mundo y el pecado.

A veces estamos mas ocupados en querer ganar al mundo entero para Cristo, mientras nuestros hijos agonizan y están a un paso de la condenación eterna. El día que lleguemos al cielo de seguro que Dios nos pedirá cuenta; no por la cantidad de gente que trajimos a los pies de Cristo, si no por el como administramos nuestra familia. Es cierto que en el cielo no habrán lagrimas, por que el señor las enjugará todas, pero no puedo explicarme como se sentirá un padre o una madre de familia que este en los cielos si sus hijos a  lado. No se si Dios, borrara nuestra conciencia en ese punto, pero  eso lo sabremos cuando eso suceda.

De nada vale que gastemos todos nuestros recursos para salvar al mundo si nuestra familia no cree lo que predicamos, de nada vale tratar de levantar a un hombre si nuestras familias están caídas, de nada nos vale saltar, correr, danzar, testificar o dar nuestras vidas como sacrificio, si nuestro hijos siguen el camino de la perdición eterna

Antes de pretender ganar al mundo entero, ganemos a nuestras familias, o al menos muramos intentándolo, sacrificándonos y haciendo todo lo posible para que eso suceda.

Y para terminar quiero parafrasear lo que el Señor dijo sobre el hombre necio.

“Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere a su familia? (Mt 16:26)

Jaime Auris

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