Un hombre llega muy triste hasta la Iglesia y le dice al cura: "Padrecito, vengo a que me oficie una misa por mi caballo que se murió"; a lo que el cura contesta algo molesto: "Hijo, a los animales no les hacemos misa".
"Pero padrecito, es que yo quería mucho a mi caballo". El cura ya estaba mas molesto y contesta: "Me estás haciendo enojar, yo sería incapaz de cometer semejante sacrilegio contra la santa madre Iglesia católica romana universal. Imagínate lo que pensaría el santo papa si se entera".
Pero le digo que era muy buen caballo, nunca andaba detrás de las yeguas, solo tenía una, no llegaba tarde a casa, y es mas, cuando pasaba frente a la Iglesia, caminaba despacito, despacito, como haciendo reverencia". El cura le grita: "Ya me agotaste la paciencia, lárgate de aquí o te voy a excomulgar".
"Espere padrecito, mi caballo era tan bueno, que ganó muchas carreras, me hizo tan rico, que hasta dejó este millón de pesos para sus misas cuando él muriera". A lo que el cura contesta rápidamente, "Pero hijo, me hubieras dicho desde un principio que tu caballo era católico, pásale pronto, empezaremos de inmediato".
P.D. CUALQUIER PARECIDO CON LA VIDA REAL, ES PURA COINCIDENCIA.
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